Cuando pienso en eso, aún soy capaz de sentir una vez mas sus sucias manos recorriendo mi cuerpo, recuerdo como me veía y yo bajaba la mirada, recuerdo esas últimas veces donde en esos actos sólo aparecíamos los dos, y me da asco, y me siento sucia de haberme dejado, me siento impotente de haber conocido un placer tan fino en un contexto tan asqueroso, me da asco sentir otra vez como mi cuerpo suda, y sentirme enrojecer, me da asco verme desnuda, me da asco ver mi cuerpo en el espejo, me da asco verlo a él, me da asco que, de pronto, en pensamientos que tendrían que rozar el límite de excitación sólo siento las lagrimas calientes y amargas quemando mi rostro...
Recuerdo la primera vez que experimente el sexo oral, recuerdo lo mal y bien que me sentía, recuerdo que después de cada encuentro sólo tenia ganas de matarlo.... "¿qué pasaría si mis padres se enteraran?" "no no, se pondrán muy tristes, no" y me siento bien de haber crecido, soy de esas "pocas" que nunca han deseado volver a ser niña, crecí y mis ganas de matarlo lo hicieron con mayor velocidad, crecí y no quiero parar de crecer hasta que desaparezca de aquí.
Lo siento en cada mal sueño,lo siento cuando esta muy cerca de mi y siento como mis manos sudan, no me gusta llegar a casa y saber que esta ahí, que estaremos solos por un rato, en el fondo tengo miedo de que vuelva a tocarme, que tengamos que guardar un nuevo secreto.
Las últimas veces que me tocaba eran las peores, estamos solos... no había nadie, y de alguna forma sus malditos juegos me gustaban.., Dios ¿por qué tuve que conocer el placer de esa manera?
Dios mio... me dejaste sola.
Recuerdo tantas caricias asquerosas pero sé que muchas más las preferí reprimir, reprimir en lo mas oscuro de mi mente, allá donde los gritos no se pueden escuchar.
Y me veo y veo al enemigo. Ojalá se muriera, no sería feliz y no estaría tranquila pero sería un buen regalo para la humanidad.
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