"Y veo tantos planes que se nos quedaron por realizar que hoy juro que no voy a hacer nuevos proyectos ... no, ni uno solo más"
Estoy viéndote de cerca, viendo cada marca interesante en tu piel que quiero memorizar por si un día sólo te veo a lo lejos. Me sonríes y avientas un beso dirigido a mí, dirigido al aire. Siento como una lagrima desciende de su sitio y enfría mi oreja pero tú sigues ahí... intacto.
Muy cerca se escucha al maestro Nacho Vegas en un volumen bajo, en el mismo volumen que mi mente gritaba "te deseo" cada vez que te veía. ¡Y recordar que nos unió una de sus canciones!
Ahora te observo en el parque, pidiendo otra oportunidad al tiempo que mis labios tiemblan por un beso más y sucede, nos besamos mientras mis brazos rodean tu cuello y los tuyos mi cintura, me siento enrojecer y creo que jamás nos separaremos. Otra escena opaca el beso, el día que estuvimos en tu casa por primera vez y de mi boca titubeando se pudo escuchar "¿ya?", comenzamos y terminamos con besos. Cada instante fue bello.
Y ahora mojándonos en la lluvia, ¿podría ser mejor? Yo no lo creo.
Cada instante, cada una de las cartas que te escribí, no me quiero alejar.
Por último recuerdo tus bellos ojos pestañeando y abro los míos, ya no estás. Hay pintura blanca.
Huelo tu suéter.
Ya no existimos.
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